Slow beauty significa elegir productos que funcionen a largo plazo. Productos elaborados con ingredientes nutritivos no tóxicos que curan e iluminan la piel. Significa evitar los productos de solución rápida que comprometen la salud de la piel y favorecer los productos que priorizan su bienestar y responden a las necesidades reales de la piel de cada persona.
Slow beauty es tomarse tiempo para disfrutar de nuestras rutinas de belleza y cuidado de la piel: de eso se trata. Mezclar suavemente, exfoliar lentamente, tratar constantemente. En lugar de apresurarse y perder esta oportunidad de atención plena, desaceleramos y disfrutamos del momento, cuidándonos.
Slow beauty es elegir ser una marca ética y sostenible: los productos tienen un embalaje que respeta este planeta y genera menos desechos.
A lo largo de toda la cadena de valor, Cristina Coma se compromete a ser una marca honesta, transparente y ética, desde el origen de los ingredientes hasta contribuir con su granito de arena a mejorar la sociedad. Esto se traduce en una gama de productos elaborados con el máximo posible de ingredientes naturales, buscando el mejor equilibrio entre eficacia y naturalidad llegando a niveles de más del 98% en la mayoría de ellos y, además, destinando un 3% de todas sus ventas a fines solidarios.
Además, la marca es 100% vegana y cruelty free. Los productos creados conscientemente nunca deben dañar a otro ser vivo. Se puede hacer que los productos de belleza sean veganos y eficaces y no hay excusa para probar productos en animales.